Raquel Sisalima: el combustible de su vida

Raquel Sisalima. Es la única mujer de un equipo de ocho personas que trabajan en la estación de Servicio «Argelia», ella piensa que la mujer, si está preparada para realizar las mismas tareas que el hombre.

Trabaja desde hace 7 años en esta gasolinera, su trabajo consiste en despachar el combustible, cobrar y facturar de 7 de la mañana a 7:30 en la noche,  saltando un día.

Cada día de trabajo es una nueva aventura, Raquel se levanta muy temprano, a las 5 de la madrugada;  hace el aseo de su casa y prepara el desayuno para sus dos hijas, Cristina (14) y Anabell(8) , a veces también deja preparado el almuerzo. Sale a las 6: 30 de su casa en el barrio La Pradera, toma el bus y se dirige a la estación de servicio para comenzar su trabajo.

Raquel obtuvo una tecnología en agropecuaria, en el Colegio Técnico Agropecuario de Gonzanamá, de donde es oriunda; sin imaginarse que trabajaría en otra cosa, pero la necesidad apremiaba, la relación con su esposo estaba destruida y ella tenía que velar por sus pequeñas, un amigo le comentó de la oferta de trabajo, y sin dudarlo aceptó.

Hoy, a sus 40 años, dice con nostalgia  «si me hubiera gustado ejercer mi profesión, pero las circunstancias de la vida se dieron así, nunca me imaginé trabajar en un gasolinera, pero una mujer puede hacer de todo y más si tiene una motivación tan grande como son los hijos»

Confiesa que tenía mucho miedo, nunca había estado en un trabajo de este tipo, se casó cuando tenía 20 años, se dedicó a las tareas del hogar y la familia, no ejerció su profesión porque su esposo se encargaba del sustento.

En este tiempo de trabajo se han generado muchas experiencias, en palabras de Raquel  <hay todo tipo de clientes,  gente linda que sabe tratar a las personas, pero también hay gente prepotente que cree que por tener un buen carro puede menospreciar>.

La experiencia más fuerte que cuenta ella es: “Una vez me equivoque de tipo de combustible, puse diesel cuando el auto necesitaba gasolina, el cliente se molestó mucho y me dijo palabras muy fuertes, pero mi jefe salió en defensa”.

A parte de ello Raquel es muy querida y valorada por sus compañeros de trabajo, “me cuidan mucho, si hay algún problema con un cliente ellos saltan en seguida” dice entre risas. Además las políticas de la empresa no permiten que las mujeres hagan turnos en la noche por seguridad;  agregó Raquel.

Ella está muy orgullosa de su trabajo, reconoce que la necesidad le llevó a ello, pero está consciente, de que una mujer, puede realizar cualquier tarea con la misma fuerza que un hombre.

Alison Martínez

altivablog@hotmail.com

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